En el proceso educativo, la comunicación constituye parte importante. Principalmente en esta época en el que el sistema de instrucción sirve para propiciar el conocimiento, entre los profesores y los alumnos.
La función del profesor no puede reducirse a impartir conocimientos, y a ejercer autoridad en el aula, tiene que relacionarse y comunicarse con sus alumnos, brindándoles afecto y seguridad.
Una comunicación de interés, toca las partes sensibles del individuo y se puede identificar como uno de los ideales de todo profesor, ya que de una forma razonada y consciente lleva a los alumnos a la integración, satisfaciendo la necesidad de pertenencia y valoración de las personas, porque al expresarse y relacionarse, el alumno gana confianza, autoestima y compromiso social, encontrando que sus palabras y acciones tienen un significado y repercusión para sí, logrando la finalidad del proceso enseñanza-aprendizaje. El hecho de que el educador se ubique frente a un grupo, no significa que va a ser escuchado, entendido y aceptado por sus alumnos.
El fracaso puede deberse a que el mensaje no fue tan nítido con eficiencia o que la interpretación fue errónea, además no puede mostrarse interesado en ningún mensaje, a menos que encuentre en éste algún valor. Ante el fracaso de la comunicación, los profesores y los alumnos se recriminan entre sí por falta de resultados satisfactorios, por más que crean que han realizado su mejor esfuerzo y en la búsqueda de culpables se desmotiva el proceso educativo, por eso se requiere que a partir de una buena relación humana se establezcan canales apropiados que faciliten la comunicación.
Al encontrar en el salón de clase una relación basada en la aceptación y confianza, con un contenido afectivo importante, esto propicia una buena comunicación, en donde la participación, la libertad de expresión y el diálogo dentro de un ámbito de respeto mutuo y una actividad académica amena, interesante, fluída y dinámica, se ve motivado interesándose por sus labores, despertándose el gusto del saber o aprender por el hecho mismo , lo que conlleva el compromiso del educador en su formación, logrando la finalidad del proceso enseñanza-aprendizaje.
Es por eso que la interacción es considerada el vehículo esencial del proceso docente-alumno.Al educador le corresponde transmitir su mensaje con la mayor claridad y objetividad posible.
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